Cada 15 de noviembre, se celebra el Día Mundial Sin Alcohol, una fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para concientizar sobre los daños físicos y psicológicos que produce el consumo de este tipo de sustancias en nuestro organismo, un tipo de droga legal y social que parece inofensiva, de la que muchas veces se desconocen sus efectos.

Según el informe del año 2018 de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR), el consumo de sustancias ilícitas y abuso de alcohol en la población de entre 12 y 17 años aumentó: «De los niños, niñas y adolescentes que consumieron alcohol en el último mes, 1 de cada 2 lo hizo de forma abusiva. Esto representa 82.453 niños, niñas y adolescentes. Existen 2.299.598 nuevos consumidores de alcohol en el último año, de los cuales 319.994 son preadolescentes y adolescentes».

Por otro lado, la OMS advirtió que el exceso de alcohol en las y los más jóvenes reduce el autocontrol e incrementa los comportamientos de riesgo, como las relaciones sexuales no protegidas, y constituye una de las principales causas de lesiones, violencia y muertes prematuras.

De acuerdo con la Asociación Toxicológica Argentina, tanto en el plano individual como en el social, se han identificado diversos factores que influyen en los niveles y hábitos de consumo de alcohol, así como en la magnitud de los problemas relacionados con el alcohol en las comunidades. Si bien no existe un único factor de riesgo dominante, cuantos más factores vulnerables converjan en una persona, más probable será que desarrolle problemas relacionados con el alcohol como consecuencia de su consumo.

En este sentido, el Observatorio de la Discriminación en Radio y TV recuerda la existencia de la Línea 141, un servicio de atención, información y acompañamiento sobre consumo de sustancias que atiende de forma gratuita y anónima las 24 horas, y promueve su difusión en los medios de comunicación cuando hablen de estos temas.

También entendemos que la capacitación y la disponibilidad de recursos para comunicadoras y comunicadores pueden producir calidad en las informaciones que se generan. Por ello, con el objetivo de consensar buenas prácticas periodísticas ponemos a consideración una guía de recomendaciones para el tratamiento mediático sobre consumos problemáticos de sustancias, disponible en esta web.