El Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud se celebra en conmemoración al 2 de diciembre de 1949, fecha en que la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el Convenio para la Represión de la Trata de Personas y la Explotación de la Prostitución Ajena.
El convenio sustituye varios tratados anteriores que cubrían algunos aspectos de la prostitución forzada. Los firmantes del mismo tienen tres obligaciones bajo la Convención de 1949: la prohibición del tráfico, las medidas específicas administrativas y de ejecución, y las medidas sociales destinadas a las personas víctimas del tráfico de personas. En este mismo sentido, la Convención de 1949 presenta dos cambios en la perspectiva del problema de tráfico: considera a las prostitutas como víctimas de los proxenetas y evita los términos “trata de blancas” y “mujeres”, y adopta por primera vez un lenguaje neutral respecto a raza y género.
La prostitución constituye un fenómeno relevante a nivel internacional, más aún cuando se la analiza desde otros dos fenómenos como son la migración y la perspectiva de género, que abarcan los intereses de las clases sociales, la etnicidad y el papel de subordinación que han sufrido las mujeres.
Por otro lado, la esclavitud ha adquirido nuevos modos, como el trabajo forzado, el trabajo infantil y la trata de personas, donde las principales víctimas son menores y mujeres que sirven para abastecer a las redes de prostitución y el trabajo en el servicio doméstico. La servidumbre ha tomado diversas maneras a lo largo de la historia y en la actualidad persiste tanto en sus formas tradicionales como en otras nuevas modalidades.
Aunque no se encuentra definida en la ley, la esclavitud moderna se utiliza como un término general que abarca tanto prácticas de trabajo forzoso como el matrimonio forzado. Con ella, se hace referencia a situaciones de explotación en las que una persona no puede rechazar o abandonar debido a amenazas, violencia, coerción, engaño o abuso de poder. Si bien el trabajo infantil no entra dentro del término general de esclavitud moderna, normalmente se suele relacionar con ella.
Más de 40 millones de personas en todo el mundo son víctimas de la esclavitud moderna, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Las mujeres y las niñas que se ven afectadas de manera desproporcionada por esta situación son casi 29 millones y representan el 71 % del total, y alrededor de 10 millones de niños representan el 25 % del total de víctimas.
Desde el Observatorio de la Discriminación en Radio y TV consideramos indispensables los contenidos de calidad que apunten a revindicar la libertad en todas sus formas, desde la información dura hasta la ficción, para promover de esta manera los valores que se oponen a toda forma de esclavitud.