Agosto 2010

En ocasión del Día de la Pachamama, “Madre Tierra” y del Día de los Pueblos Indígenas, este Observatorio de la Discriminación en la Radio y Televisión desea recordar que frecuentemente los medios de comunicación reproducen miradas discriminatorias, legitimando –voluntaria o involuntariamente– desigualdades hacia ciertos grupos.

Desde este espacio entendemos que un acto discriminatorio no se define por su intencionalidad, sino que debe medirse por las condiciones de producción y el resultado de las acciones. Por esta razón, uno de nuestros objetivos es dar herramientas a los y las periodistas y comunicadores/as para realizar un tratamiento que no resulte discriminatorio ni estigmatizante hacia los distintos colectivos.

Como señala el Plan Nacional contra la Discriminacion(1)  (PNcD), los pueblos indígenas han sufrido un proceso de negación y discriminación desde la constitución de la Argentina como Estado-Nación. Desde la conquista, fueron homogeneizados bajo una única denominación dejando de lado la inmensa variedad de culturas. Este fue un primer proceso simbólico de reducción de las diversas identidades culturales, a una única identidad impuesta: “indio” como equivalente a “bárbaro” o “salvaje”.

En los medios de comunicación, la presencia de los pueblos indígenas es escasa, por no decir que suelen ser invisibilizados. Cuando no es así, la mirada es, en términos generales, estigmatizante, como lo demuestra el caso que pasaremos a analizar.

El siguiente extracto del programa de Baby Etchecopar en Radio 10(2) , correspondiente al día 2 de agosto de 2011, demuestra claramente la histórica estigmatización de los pueblos indígenas mediante atributos como el salvajismo, la pobreza, la brutalidad y la ignorancia.

Oyente: Soy de Chaco. Estoy con mi novia Mariela y te escuchamos todas las noches. Pertenezco a la etnia Mocovi.
Baby: Ah! Mirá vos! Muy bien! Un aplauso para nuestros aborígenes.
Oyente: Acá somos tres las etnias.
Baby: «Ah, creí que eran tres aborígenes que quedaron. Corren alrededor del fuego los tres solos, dije». «¿Tu novia es aborigen? (risas)
Oyente: «Es Wichi».
Baby: Ah, van a tener cachorritos puros. ¿Le están dando? Lo único que no podés decirle ‘agachate que vienen los indios’ porque son ustedes.
(…)
Baby: viste como son los indios, están todo el día al palo.

Como se observa claramente, es constante la alusión al supuesto salvajismo y a lo primitivo de los pueblos indígenas que “corren alrededor del fuego” y su supuesta falta de autocontrol y civilización, “están todo el día al palo”.

También  se incurre en la animalización de los indígenas al hablar de “cachorritos puros” que tendría el oyente mocovi con su novia wichi. Es necesario agregar, en este sentido, que Etchecopar, además de ignorar la riqueza que implica la multiculturalidad, desconoce que a partir del año 1994, la Constitución Nacional reconoce la preexistencia de los Pueblos Indígenas. Los distintos pueblos, en este caso mocovi y wichi, son homogeneizados, perdiendo así su especificidad. Pasan a ser parte de un conjunto indiferenciado (a pesar de que el oyente hizo la distinción).

Otro estereotipo se relaciona con su supuesta peligrosidad, “‘agachate que vienen los indios’, es una frase que a pesar de ser habitual y ser pronunciado en tono jocoso resulta igualmente ofensivo. La supuesta violencia de los indígenas tiene su raíz en la lucha para conservar su tierra, único modo de supervivencia contra los invasores. La violencia suele presentarse como una característica innata del colectivo cuando en realidad es un efecto de las condiciones materiales y sociales de existencia. Las razones del enfrentamiento entre el indígena y el hombre “blanco” son ocultadas.

Una forma “camuflada” de discurso discriminatorio son los estereotipos. El estereotipo es la asociación de determinadas personas a ciertas características, conductas, etc. que simplifica y deforma la realidad, todas estas creencias son prejuicios. Estas formas de discriminación son tan graves como las abiertas e intencionales porque crean sentimientos de inferioridad y superioridad entre las personas y sustentan desigualdades reales.

El caso que estamos analizando ejemplifica el hecho de que muchas veces se habla de los pueblos indígenas como parte de un pasado y no como una cultura viva y presente en la actualidad. Más del 60 por ciento de la población que habita el país es descendiente de algún pueblo indígena(3) . Hecho desconocido para el conductor:  “Creí que eran tres aborígenes que quedaron”.

Más allá de que esta conversación se realizó en un contexto de humor, en el que participa el oyente que se define a sí mismo como indígena mocovi, no quita que la escena sea discriminatoria.

El chiste puede ser discriminatorio cuando su “gracia” descansa en la identificación de las características de un grupo o colectivo social. Al basarse en principios aparentemente “naturales”, la risa y la comicidad no sólo niegan la condición ideológica de los prejuicios, sino que refuerzan la diferencia y reproducen las relaciones de desigualdad.

Es importante señalar la posición paternalista que asume el conductor al tratar con cierto orgullo a los pueblos indígenas como “nuestros”. Cómo lo demuestra la historia, los indígenas han sido tratados como extranjeros en su propia tierra de la cual han sido expulsados y que, en el marco de lo establecido por el Artículo 75, Inciso 17 de la Constitución Nacional, hoy reclaman como propias. El “nuestros” de Etchecopar seguramente no tiene en cuenta la historia silenciada de estos pueblos.

Por otra parte, señalaremos que algunos pueblos indígenas consideran que la palabra “aborigen” es despectiva ya que tiene una connotación que lo relaciona con lo salvaje. Dicho esto, los pueblos de la Mesopotamia argentina suelen referirse a sí mismos de esta manera. En este espacio preferimos la utilización del término “Pueblos Indígenas” ya que es el término consensuado por los propios pueblos en instrumentos internacionales de Derechos Humanos.

En conclusión, recomendamos evitar la estereotipación y la estigmatización de los pueblos indígenas. Sugerimos no producir ni reproducir términos, imágenes y tramas discriminatorias, ya sea como burla, insulto, menosprecio o condescendencia respecto de un determinado colectivo, o a través de descripciones, narraciones o argumentos que colocan a los colectivos, sus símbolos, elementos o costumbres características en escenas o situaciones que los muestran como “extraños”, “problemáticos” o “peligrosos”

Los medios de comunicación son formadores de opinión y constituyen uno de los agentes de socialización más poderosos. En función de su  lugar central en la producción y reproducción de estereotipos y en la construcción de representaciones sociales es que realizamos estas sugerencias y recomendaciones.

Notas
1)  Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación. La discriminación en Argentina. Diagnóstico y propuestas (2005), Buenos Aires, Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Instituto Nacional contra la Discriminación.
2) El Ángel de la Medianoche, Radio 10, 2 de agosto de 2011.
3)   Según un estudio de 2009 realizado por investigadores/as del CONICET y de la UBA, el 63,1 %  de la población argentina tiene descendencia amerindia.

 

Para más información ver:
Informe Anual: Las representaciones de los pueblos indígenas en radio y televisión

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