El Consejo Nacional de las Mujeres, la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) presentaron Recomendaciones para la Publicidad inclusiva y No Sexista elaboradas desde el espacio conformado por estos tres organismos: el Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión.

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2 de septiembre de 2015

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La presentación de este documento se hizo en el marco de una reunión de la que participó el Observatorio y también la Dirección de Evaluación y Fiscalización de AFSCA. Estos espacios se reunieron con Philip Pérez de la Cámara Argentina de Anunciantes (CAA), Santiago Olivera de la Asociación Argentina de Publicidad (AAP), Luis Ibarra García del Consejo de Autorregulación Publicitaria (CONARP) y Gabriel Máspero de la materia “Asuntos Legales” del Centro de Aprendizaje de Publicidad.

Uno de los puntos centrales del encuentro consistió en indagar cómo la publicidad puede dar cuenta de los cambios culturales que se han producido en los últimos años en las relaciones de género. En ese sentido se expuso, por ejemplo, que las imágenes que tradicionalmente representaban los quehaceres domésticos como tareas únicamente realizadas por las mujeres hoy, de alguna manera, legitiman la violencia mediática. Así, luego del intercambio de distintos puntos de vista sobre la temática, se ofrecieron distintos materiales y se presentaron las Recomendaciones para una Publicidad Inclusiva y No Sexista.

La Ley Nacional Nº 26.485 de Protección Integral Para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales en su artículo 2º dice que uno de sus objetivos es “la remoción de patrones socioculturales que promueven y sostienen la desigualdad de género y las relaciones de poder sobre las mujeres”.

Por su parte, los artículos 5º y 6º establecen diferentes tipos de violencia y modalidades. Aunque, si bien puede predominar un tipo de violencia en algún caso, nunca son compartimientos estancos. Es decir, en términos generales, accionan varios tipos de violencia sobre una mujer en un momento y contexto determinado. Así existen los tipos de violencia física, psicológica, sexual, económica y patrimonial, y simbólica. Mientras que las modalidades en las que se pueden manifestar son la doméstica, institucional, laboral, contra la libertad reproductiva, obstétrica y mediática.

Es en esta línea que cuando, desde esta parte, se visualizan contenidos en los medios de comunicación que propicien la desigualdad de los géneros -en este caso ubicando a las mujeres en detrimento de sus pares varones- se estará actuando bajo estas reglamentaciones vigentes. Las cuales no son azarosas ni provienen de un solo espacio, sino que fueron ampliamente debatidas y consensuadas entre diferentes sectores y que, además, están el línea con la normativa internacional vigente en esta materia.

Presentar ideas fuertemente estereotipadas de forma tal que refuercen conceptos o preconceptos negativos sobre el rol, espacio y forma de actuar de las mujeres, en oposición al de los hombres, configuran situaciones de fuerte discriminación. Si bien no podría decirse que ejercer violencia mediática o simbólica hacia las mujeres sea necesariamente el conductor de casos de violencia física, sí es cierto que configura un tipo de violencia que contribuye al pensar, al sentir y a la construcción colectiva de ciertos patrones, cuya legitimación a lo largo del tiempo puede ser peligrosa.

El desafío es elaborar piezas que estén en el marco de lo que se denomina “perspectiva de género”, sin establecer diferenciaciones o caracterizaciones discriminatorias y proponer, desde lo novedoso o lo creativo, producciones efectivas que rompan esos esquemas o que, al menos, no los refuercen.