Coberturas sexistas verano 2014-2015 y guía para el tratamiento

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Según lo observado en coberturas de diferentes canales de televisión durante la temporada de verano 2014/2015, el Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión identificó gran cantidad de segmentos donde se estigmatiza, discrimina y cosifica a las mujeres. Además, se han recibido varios reclamos en relación a distintos momentos de la televisión, en los cuales se ha detectado este tipo de tratamiento.

Es un hecho que durante los veranos comienzan espectáculos, “concursos” o determinado tipo de actividades que son abordados por medios de comunicación -televisivos en este caso- de manera tal que refuerzan, alientan o propician discursos sexistas. En ese sentido, este espacio consideró pertinente y necesaria la creación de un informe que brinde recomendaciones y alerte a productores/as, periodistas y trabajadores/as de la televisión sobre los tratamientos por fuera de la ley en los que pudieren incurrir respecto a este tema. Asimismo, se describen algunas situaciones que se han visualizado, las cuales sirven como modelos de coberturas discriminatorias y, también, se pretende aportar más elementos que suman a comprender por qué existe la violencia contra las mujeres en los medios de comunicación y cuándo la hay.

Por su parte, es pertinente aclarar que los tratamientos discriminadores y violentos hacia las mujeres pueden abarcar desde el abordaje incorrecto de un caso de violencia de género, hasta situaciones como cosificación o estigmatización (discriminación). Sería este segundo caso el tipo de abordajes a los cuales ha de referirse este trabajo, debido a la sobreabundancia de los mismos durante el verano y teniendo en cuenta los reclamos recibidos.

Para ejemplificar, entre las situaciones que se han visualizado hay un programa que presenta un móvil desde Mar del Plata durante el cual el hombre encargado de hacer el “móvil” aparece junto a dos mujeres parte del elenco de una obra de teatro que se lleva adelante en esa ciudad. Durante la nota, realizada en un parque acuático, se emiten comentarios como: “Tengo el cincuenta por ciento de las colas. Dos de cuatro” (refiriéndose a las dos chicas, por ser dos de las cuatro que participan en la obra). Así, mientras comienzan un “juego” de preguntas y respuestas, las chicas se van quitando prendas cuando contestan erróneamente a una pregunta. Sigue el segmento, emitido durante el mediodía, con comentarios tales como: “modelo y rubia. Sáquese ya la ropa”; “¡cosificando la ciudad!”, “Ella dice que es petisa, ¿pero a quién le importa eso?”.

Otro segmento visualizado es el de un noticiero que cubre el concurso del verano de la marca Reef. Nuevamente vía móvil en Mar del Plata. Primero aparece un cronista en la playa (se muestran, entre otras imágenes, la cola de una mujer en primer plano mientras ella está tomando sol) y luego pasan imágenes editadas del desfile/concurso. Mientras las muestran, se comenta sobre el cuerpo de las mujeres y los esfuerzos por alcanzar esos cuerpos, así como los efectos que –a ojo de quienes están frente al programa- generan en los demás. A saber, que ese día haya más gente en la playa.

Además, se ha observado otra situación, también a partir de otro de los reclamos, en la cual un programa estilo magazine realiza un informe donde se remite a otro programa del espectáculo. En este se visualiza a un “movilero” en la playa, quien organizó en fila a mujeres de toda edad, cuyas colas iba tocando para ver cuál era “mejor”. A su vez, en el piso se fomenta y se suman comentarios sexistas, haciendo lo mismo con una mujer allí presente (tocarle los glúteos). Sumado a esto, el programa donde se presentaba el informe con recortes de lo mencionado, tampoco fue la excepción. Las expresiones sobre la situación donde se veía a alguna chica eran del estilo: “Dios le da pan a quien no tiene dientes” y “es verano”, justificando de esa manera la situación. La lectura no era crítica sino que rondaba en cómo el conductor del otro programa había “cambiado” su perfil, el estilo de sus notas. Es decir, reforzaba la discriminación, ya que sin crítica alguna presentaba todas las imágenes nuevamente.

Pero, aunque consideramos preciso identificar algunos segmentos, no es el objeto de este informe profundizar en todos los casos observados durante el verano. Lo que se busca es poner la atención en los puntos en común de este tipo de coberturas. Por esa razón a continuación se explican las herramientas legales y se formula una guía para la información y el seguimiento, tomando como base la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual y la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en los que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales.

La 26.485 establece la existencia de distintos tipos de violencia contra las mujeres. Entre ellas la violencia mediática, la cual es “aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres (…), legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres”. A su vez, este instrumento legal está mencionado en el artículo 71 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que la incluye y vela por su cumplimiento en los medios de comunicación radiales y televisivos.

Antes de presentar la guía de recomendaciones, es pertinente reconocer algunos avances en materia de construcciones de patrones de género estigmatizantes y violentos hacia las mujeres que rondan el verano. Los concursos de belleza, fuertemente arraigados a lo largo y ancho de nuestro país, son una muestra del “lugar” en el que se espera que estén o se ubica a las mujeres, muchas veces adolescentes y niñas. Este tipo de instancias refuerza la idea de que las mujeres deben ser valoradas y premiadas sobre todo por su apariencia física, basada en estereotipos. Así podría decirse que este tipo de práctica, de algún modo configura una expresión de violencia simbólica e institucional.

Cuando mencionamos lo oportuno de resaltar ciertos avances en esta materia, nos referimos a cambios que se efectivizaron hacia finales de 2014, previo al inicio de la temporada de verano. Por un lado, la ciudad de Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, fue la primera del país en abolir los concursos de belleza en las fiestas populares por aprobación del Concejo Deliberante, tras una iniciativa de la Secretaría de Género y la Asamblea de Derechos de la Niñez de la CTA regional. Y por otro lado, hubo considerables avances en el reglamento para la elección de la reina y virreina nacionales de la Vendimia, en Mendoza.  Así lo estableció una ley sancionada a raíz de un proyecto presentado por el senador Gustavo Arenas (FPV-PJ) en setiembre del 2012, cuando hubo una situación de discriminación hacia la reina departamental de la Vendimia de Lavalle, Evelin Mariel Ramírez, a quien le habían planteado la posibilidad de que renunciara a su cargo por estar en período de gestación. El reglamento anterior no les permitía ni casarse ni embarazarse.

 

Recomendaciones:

– No recurrir al uso de estereotipos, mitos o creencias que supongan relaciones de subordinación o dominación de las mujeres por parte de los varones o que resulten degradantes y reductoras. No situar a las mujeres en posición de inferioridad o dependencia.

– Evitar acentuar prejuicios e ideas naturalizadas o degradantes.

– Evitar la representación de las mujeres a través de su cuerpo o sus características físicas y su consecuente cosificación en desmedro de su condición de sujetos integrales. Tanto en el relato hablado, como a partir de las imágenes.

– Evitar la asociación entre valores socialmente positivos como la aceptación social, el éxito y/o la felicidad y los caracteres físicos de una persona, mujer en este caso.

– Evitar la construcción de mensajes que pudieran afectar la subjetividad y la sensibilidad de niñas, niños y adolescentes.

– Promover diversos modelos de mujeres, ya que no existe una única forma de ser mujer.

– Difundir mensajes que colaboren con la equidad y el tratamiento igualitario entre mujeres y varones.

– Utilizar un lenguaje no sexista. Es decir, no discriminatorio ni violento hacia las mujeres.