El jueves 26 de marzo, el Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión mantuvo una reunión con Pablo Nieto, responsable de la Producción del programa AM, conducido por Verónica Lozano y Leo Montero, a raíz de los reclamos recibidos en relación al tratamiento otorgado a las personas con  discapacidad, en la emisión del 26 de febrero. Además se trataron temas observados en otras emisiones, donde se abordaron noticias sobre violencia contra las mujeres.
En este marco de reflexión y diálogo con integrantes del Observatorio, el productor se asesoró sobre distintas pautas a la hora de abordar estos temas, reconociendo que deberían revisarse  estas prácticas comunicativas, aún hoy vigentes, e ir incorporando de manera responsable otras, acordes al avance que en materia de derechos humanos se fueron logrando y que son promulgadas por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. De manera que se evaluó la posibilidad de mantener algunos encuentros de capacitación con otros/as integrantes del programa para lograr una comunicación más inclusiva respecto de éstas y otras temáticas.
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Informe “AM”

El programa “AM” emitido por canal 11- Telefe, ha sido objeto de análisis por parte de este Observatorio, a raíz del tratamiento otorgado a la temática de las personas con discapacidad (PCD).

Durante la emisión del 26 de febrero pasado se  lleva a cabo una entrevista a Santiago (S), un niño de once años que nació con una discapacidad motora congénita. El niño se encuentra en el estudio acompañado por su madre Lorena (L). Debido a una malformación durante el período de  gestación, S nació sin sus piernas y con un solo brazo, según cuenta su madre. La entrevista se lleva a cabo por los conductores del programa Leo Montero (LM) y Verónica Lozano (VL), quienes se proponen obtener la donación por parte de la audiencia de una silla de ruedas electrónica, para facilitar su movilidad. Tras la presentación de S y de su historia de vida, se emiten sucesivas imágenes en las que se ve al niño interactuando con otros en diversas actividades recreativas como fútbol y natación, estas imágenes se acompañan con musicalización de tono emotivo.

Las discapacidades y las PCD no resultan ser temáticas que frecuentemente se visibilicen en los programas de televisión abierta. En 2014 este Observatorio realizó un monitoreo acerca del tratamiento y representación de las PCD en la TV de nuestro país. El presente análisis está basado en algunos de los resultados analizados en dicho estudio[1]. Debido a lo exhaustivo del informe, se tomarán en cuenta algunas de sus conclusiones; ya que la cantidad de información excede el alcance del presente análisis.

Ahora bien, a lo largo de la muestra observada se pudo identificar la presencia de esta temática, en los diferentes géneros o formatos televisivos y analizar su modalidad de abordaje. De acuerdo con la distribución de esta variable, se pudo concluir que los programas encuadrados como magazines – que aquí nos ocupa- sólo incluyen esta temática en un 8% de la programación[2].  Según este resultado se revela entonces, una importante invisibilización  y desinterés en la agenda de los programas en incorporar su tratamiento.

Sin embargo a pesar de advertirse algunos avances en este sentido, son las propias personas que conforman este colectivo social, las/los que reconocen que aún cuando se aborda en la actualidad la temática de las discapacidades, los medios lo llevan a cabo mediante una modalidad de tratamiento en la que se ven representadas/dos a través de estereotipos. Así, se acentúan los logros obtenidos por el esfuerzo individual, en vez de  apelar a soluciones estructurales. La falta de incorporación de intérpretes de lengua de señas, las barreras arquitectónicas, la falta de accesibilidad a los medios de transporte, la ausencia de integración de niños/as con discapacidad a escuelas y actividades comunes, constituyen sólo algunos ejemplos de las grandes barreras culturales y sociales que convierten al propio entorno en un medio discapacitante.

Es recurrente ver estereotipos de las PCD  en los cuales se las infantiliza, se las representa como asexuadas/os, dependientes, improductivos/as, santos/as, malvados/as, resentidos/as, vengativos/as, ventajeros/as, manipuladores/as, superhéroes, etcétera. Algunos de estos estereotipos se hacen presentes durante la entrevista a S y los iremos analizando en lo sucesivo. A modo de ejemplo, uno de los conductores presenta al niño diciendo: “Una historia de vida tremenda la de Santiago González que tiene 11 años”. A su vez se suceden graphs que expresan: “Santiago un ejemplo de superación”. Por un lado se exalta con cierto dramatismo la historia de vida del niño y por otro se enaltece su esfuerzo y superación personal.

Cabe destacar que la discapacidad es solo una característica más de la persona, de allí que referirse a las PCD como “discapacitado/a” o considerarlas como “personas especiales”, constituyen prácticas incorrectas centradas en las limitaciones de la persona. Es decir que se la identifica con aquella parte que carece; desaparece entonces la persona en tanto sujeto, percibiéndose su deficiencia. Este tipo de concepciones parten de un enfoque caritativo y favorece la conmiseración.

Ahora bien, estas representaciones parten del origen de los viejos modos de pensar la discapacidad a lo largo de la historia. Estos paradigmas que se hallan aún presentes en los discursos sociales, atraviesan también a la TV, retroalimentan y refuerzan estas ideas. En este sentido existen tres modelos de pensar la discapacidad[3]. El viejo paradigma llamado modelo de la prescindencia: “(…) caracterizado por la justificación religiosa de la discapacidad, como un castigo de los dioses originado en pecados  propios o de sus padres, se consideraba que las PCD no tienen nada que aportar a la comunidad por ser improductivas. La característica principal presente en este modelo es la exclusión, ya sea como consecuencia de subestimar a las PCD, y considerarlas objeto de compasión. Estas personas subsistían gracias a la caridad -por lo que también se habla de modelo caritativo-, por el ejercicio de la mendicidad y por ser objeto de diversión como ocurría con los bufones de la corte.”[4]. Esto de alguna manera se ve reflejado en una de las intervenciones de la conductora VL, al interrogar a la madre de S: “¿Cómo es y cómo ha sido tenerlo a Santi que es una bendición, pero una bendición con un esfuerzo extra tal vez no?. ¿Cómo lo llevas vos?.

Posteriormente surgió el llamado modelo médico o rehabilitador: “En este modelo las explicaciones que permiten entender la discapacidad ya no son religiosas, sino que pasan a ser científicas. La dicotomía aquí ya no se plantea en términos de “dios” o “diablo”, lo “divino” o lo “maligno”, sino que se alude a las personas con discapacidad en términos de salud o enfermedad. Las PCD ya no son consideradas inútiles respecto de las necesidades de la comunidad, sino que ahora se entiende que pueden tener algo que aportar, en la medida en que sean rehabilitadas o “normalizadas”, que logren asimilarse a los demás. La discapacidad aparece aquí como “modificable”. En consecuencia, las respuestas sociales se basan en una actitud paternalista, centrada en los déficits de las personas que, se considera, tienen menos valor que el resto. Se desplaza la caridad por la asistencia social”[5].

En otro tramo de la entrevista el conductor LM, se dirige a la madre del niño de la siguiente manera: “¿Debe de haber sido difícil explicarle a cada uno la sensación que Uds. tienen de ser observados?”. A lo cual la madre de S, responde: “Es difícil porque a veces hay mucha gente que te juzga mal o lo miran como un bicho raro, pero es normal”.

Con respecto a esto en uno de los informes elaborados para periodistas por el INADI[6], se pone de manifiesto que es habitual que se observen dos actitudes de la sociedad frente a las PCD. Una de ellas puede resultar de la indiferencia: “Actuar como si no estuvieran o no existieran o no saber cómo actuar”. Es frecuente que la reacción frente a una PCD, es la de no mirarlo/la, para que no se “sienta mal”. Y a esto hace referencia tanto la intervención del conductor como la respuesta de la madre. Otro tipo de actitud atañe al contemplar una visión parcial de la persona. Este aspecto ya cuestionado anteriormente, alude a centrar la mirada solamente en las limitaciones que puedan tener las PCD. Cualquiera de estas dos respuestas del entorno proviene de la construcción de sentidos formativos y educativos, que se van incorporando durante la niñez y que derivados en prejuicios, contribuyen a la  existencia de grupos invisibilizados y excluidos. A su vez y como fuente de muchos de estos prejuicios, el desconocimiento o falta de información influyen sobremanera en la repetición de estereotipos que se convierten en importantes barreras actitudinales.

De acuerdo a estas consideraciones en el marco del programa AM, prepondera una modalidad de abordaje, que se encuadra con el modelo de Prescindencia, en el que las PCD son objetos de compasión. Se apela a la caridad y a la beneficencia y hay una fuerte carga de religiosidad y emotividad, aspectos que son reforzados con la musicalización.

Otro de los aspectos que responde a este modelo se presenta en relación al pedido de los conductores de la donación de una silla de ruedas eléctrica para facilitar la movilidad del niño. Cuestión que por otra parte el conductor confunde, al decir: “Santiago necesita una silla eléctrica…una silla de ruedas eléctrica de mano izquierda”.

Es importante destacar que el acceso a la salud es un derecho y no un acto de solidaridad. No obstante, el conductor interpreta que se trata de una donación y no algo que corresponde por derecho: sillas de ruedas, transporte, el rol de las obras sociales, etc., pocas veces se hace mención a estos temas en términos de derechos; sino que se los menciona como dádivas, donaciones o aportes solidarios.

En contraposición a estos modelos que han sido cuestionados, surge luego el modelo social: “(…) que promueve la rehabilitación o normalización de una sociedad, pensada y diseñada para hacer frente a las necesidades de todas/os. Aquí se piensa la discapacidad como una situación de vida entre otras, en la que es posible trabajar, estudiar y vivir siendo tan feliz como el resto. El objetivo que se encuentra reflejado en este paradigma es rescatar las capacidades en vez de acentuar las discapacidades, busca la inclusión a través de la igualdad de oportunidades. Se verá que a dichos fines se presenta una serie de medidas, entre las que se destacan la accesibilidad universal, el diseño para todos y todas, la transversalidad de las políticas en materia de discapacidad, entre otras”[7].

Cabe destacar que la construcción de los nuevos y actuales paradigmas, se ven contemplados por todo un marco legislativo de carácter internacional y nacional, que posibilitó junto a la lucha de organizaciones de la sociedad civil y la intervención del Estado, el alcance de derechos que fueron siendo adquiridos por este colectivo social.

De acuerdo a lo señalado por “La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad –suscripta por nuestro país e incorporada por la Ley 26.378– la accesibilidad es el derecho a vivir de forma autónoma e independiente, de tomar decisiones propias y de participar plenamente en todos los aspectos de la vida social; y requiere para ello de la disolución de los obstáculos y barreras de acceso. La accesibilidad es una pieza clave del modelo social de abordaje de la discapacidad puesto que mediante esta herramienta se materializa el ejercicio de los derechos humanos y de las libertades fundamentales de las personas con discapacidad, así como su participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad. Su aplicación a los diferentes espacios de la vida social da por resultado la accesibilidad arquitectónica, urbanística, electrónica, en el transporte y en la comunicación, entre otros ámbitos”[8].

Ante la necesidad de hacer accesibles también los medios de comunicación audiovisual, la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual garantiza la plena inclusión social de las personas con discapacidad. Con este objetivo, la Ley incluye en su artículo 66 a las personas con discapacidad intelectual, con discapacidades sensoriales y a todas las personas que pudieran tener dificultades para acceder a los contenidos, al normativizar el uso de sistemas accesibles para los medios audiovisuales[9].

A partir de la tarea que hacen los organismos del Estado pertinentes, las organizaciones que tratan las distintas discapacidades y los/as especialistas que reflexionan sobre estos temas se están logrando importantes cambios. Aunque los viejos paradigmas fueron superados por el modelo social de la Convención produciéndose un entrecruzamiento, aún siguen estando todos vigentes en los discursos sociales.

Siguiendo estos lineamientos este Observatorio entiende que el modelo social de la discapacidad es el único modelo respetuoso y no discriminatorio hacia las PCD, siendo entonces una práctica esperable en la radio y la TV dado que es el que se ajusta a la Convención y al marco de derechos humanos. Desde este espacio institucional consideramos entonces, que el trabajo en los medios audiovisuales, genera determinadas obligaciones entre éstas, la de incorporar prácticas responsables de comunicación, acordes al avance que en materia de derechos los diferentes colectivos sociales van logrando.

Por todo lo expuesto recomendamos a los responsables de los medios de comunicación audiovisual, interiorizarse sobre qué implica el abordaje de la discapacidad desde un modelo social de derechos. En pos de alejarse de los enfoques basados en los viejos paradigmas de la prescindencia y médico, que traen aparejados formas de referirse a la discapacidad utilizando lenguajes y actitudes discriminatorias.

 

Recomendaciones[10]:

–          Excluir los estereotipos estéticos y corporales que puedan afectar la autoestima de los/as niños/as con discapacidad, situando siempre la historia o imagen del/la niño/a dentro de su contexto real; integrar una programación diversa de acuerdo a la edad y a las particularidades de cada región del país promoviendo el respeto por la diversidad[11].

–          Incluir a las personas con discapacidades como parte de la población general en todo tipo de géneros televisivos e informaciones y no sólo en las que la discapacidad es el tema central.

–           Ofrecer una imagen activa de las personas con discapacidad y no desde una mirada asistencialista y pasiva.

–           Las personas con discapacidad constituyen un grupo heterogéneo por lo que se recomienda no caer en la homogenización.

–          Evitar el sensacionalismo, golpe bajo o melodrama a la hora de abordar estas temáticas.

–          No subestimar ni sobreestimar a las personas con discapacidad. Desterrar las actitudes paternalistas.

–          Utilizar los términos adecuados para hablar o escribir desde una perspectiva inclusiva, no discriminatoria, ya que los seres humanos modelamos nuestra identidad y el mundo en que vivimos a través del lenguaje.

–           No asociar de forma directa enfermedad y discapacidad.

–          No utilizar la discapacidad cómo descalificación, insulto o burla.

–          Evitar el lenguaje discriminatorio y estigmatizante que ponga énfasis sobre la discapacidad antes que en la condición de persona. Utilizar la denominación de “persona con discapacidad” en lugar de “sordo”, “ciego”. Priorizar el concepto de persona.

–          Hacer efectivos los derechos a la información y a la comunicación de las personas con discapacidad cumplimentando las cuotas horarias de las herramientas de accesibilidad y garantizando la calidad de las mismas de acuerdo a lo dispuesto por la normativa vigente.

–          Incorporar las herramientas de accesibilidad en los espacios publicitarios.

Notas:


[1] “Monitoreo de las Discapacidades en la TV. Tratamiento de la temática y representación de las personas con discapacidad”. Primera parte. Octubre 2014. Disponible en: http://www.obserdiscriminacion.gob.ar/wp-content/uploads/2014/10/MONITOREO-DE-LAS-DISCAPACIDADES-EN-TV4.pdf

[2] Idem. pág. 24.

[3] Idem. Pág.15

[4] Idem. pág. 15

[5] Idem. , pág. 17

[6] “Buenas Prácticas en la Comunicación Pública II”. Informes para periodistas. Pág. 50. INADI, 2012.

[7] Idem., pág. 19

[8] Idem. Pág. 43

[9] Idem. Pág. 43

[10] “Monitoreo de las Discapacidades en la TV. Tratamiento de la temática y representación de las personas con discapacidad”. Primera parte. Octubre 2014. Disponible en: http://www.obserdiscriminacion.gob.ar/wp-content/uploads/2014/10/MONITOREO-DE-LAS-DISCAPACIDADES-EN-TV4.pdf