Tres meses después del hallazgo del cuerpo de Melina Romero, la adolescente cuyo último paradero conocido antes de ser violada y asesinada fue el boliche Chankanab, de San Martín, la espectacularización del caso derrapó en una invisibilidad grosera. En buena parte por el tratamiento irresponsable de los medios pero también porque, a la hora del rating, la balanza prefiere inclinarse por las innumerables miserias exquisitas del Bailando 2014.
Por Roxana Sandá
Las 12
Página 12
19 de diciembre de 2014