Mayo 2013

El lunes 6 de mayo, el Gerente de Contenidos de Canal 9, Sr. Diego Toni, se reunió con el Observatorio de la Discriminación en Radio y TV para compartir algunas de las conclusiones vertidas en un informe sobre un segmento del programa “Más Viviana”. El escrito convocante tuvo como base los comentarios que el 4 de marzo de 2013, la conductora Viviana Canosa, manifestó en una entrevista con Alejandro Iglesias, cuya matriz discriminatoria podía extenderse hacia todas las personas trans.
El encuentro fue muy productivo porque más allá de reconocer que tales expresiones fueron desacertadas, el representante del Canal pidió asesoramiento al Observatorio para otras producciones del mismo, cuestión que será llevada a cabo a la brevedad.

 

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Atento los reclamos recibidos por el Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión relativos a la emisión del día 4 de marzo de 2013 del programa “Más Viviana” –que se emite por Canal 9  de 17 a 19 horas- entendemos preciso realizar las siguientes consideraciones.
En tal sentido, corresponde recordar que en dicha emisión el panel integrado por Yanina Latorre, Evelyn Van Brocke, Amalia Granata y conducido por Viviana Canosa con la participación de la Lic. Lidia Bequer realizó una entrevista a Alejandro Iglesias. Consideramos que en el marco de dicha entrevista algunas de las panelistas y en particular la conductora del programa produjeron y reprodujeron distintos estereotipos relativos a las personas trans.
Si bien la Sra. Canosa insistió a lo largo de la entrevista en que respeta “ travestis y a todos”, el abordaje general del programa nos inclina a considerar conveniente mantener un encuentro a fin de poder  reflexionar de manera conjunta sobre la reproducción de estereotipos a través de los medios de comunicación. A continuación hemos de detallar algunos de los estereotipos a que hacemos referencia:
– Al comenzar el programa Viviana Canosa llamó en femenino a Alejandro Iglesias. La utilización del pronombre femenino no puede ser considerada una conducta “inocente” en tanto el entrevistado es una persona que se reconoce públicamente como varón desde hace mucho tiempo. Por otro lado, la República Argentina ha reconocido expresamente el derecho de las personas a ser llamadas por el nombre que elijan en función de su identidad de género. Esta circunstancia no debiera ser desconocida por la conductora del programa ni por su equipo, en virtud del rol central que cumplen en el marco de los medios de comunicación. La única manera respetuosa de aludir a las personas trans es respetando su identidad de género, es decir, usando el pronombre (masculino o femenino) con que se designan a sí mismo/a.
– La Sra. Canosa insiste a lo largo del programa en que el entrevistado explique su “condición”, aludiendo en varias ocasiones a que, “no se entiende”, “es difícil de comprender para nosotros”, “es un quilombo”,  “es complicado”, “no es lo mismo”, “es muy chocante”, “no deberías enojarte, deberías explicar”.  La utilización de estas expresiones suponen una distinción entre aquellos sujetos que por ajustar su sexualidad a los modelos hegemónicos serían “normales” y quienes por no ajustarse a dicho modelo debieran dar explicaciones. Construcciones de este tenor implican espectacularizar las identidades de género y mostrarlas como una “rareza”.

– En el programa se asocia sistemáticamente la identidad de género con la genitalidad. Esta asociación conlleva desconocer la Ley de Identidad de Género Ley N°26.743, sancionada y promulgada en el año 2012. Una persona trans se i dentifica, siente y/o expresa un género diferente al que le ha sido asignado desde su nacimiento independientemente de sus genitales. Una persona trans puede elegir no realizarse operaciones que impliquen una reasignación de sexo en tanto la  identidad de género se define por la autopercepción y no por los genitales. La genitalidad tampoco define la orientación sexual de una persona ni la de su pareja. Obviamente, es posible que la Sra. Canosa desconozca estos hechos pero la recurrencia de la conductora en su cuestionamiento más que pretender saciar una duda pareciera cuestionar la identidad declarada por el entrevistado y la orientación sexual de su pareja. Alejandro deja claro en varios momentos que fue o se sintió varón desde siempre y sin embargo,  Canosa insiste en “la época en la que eras mujer”. También  cuestiona que la novia de Alejandro sea heterosexual por salir con él. En ambas situaciones Canosa persiste en desconocer el autorreconocimiento de Alejandro, con la consiguiente carga de violencia simbólica que supone para las personas trans.
La vinculación permanente entre la identidad y la genitalidad también se observa cuando la conductora promueve que Alejandro relate su experiencia sobre su operación y sobre su vida sexual. Una vez más, estamos frente a la espectacularización de la diversidad sexual.  Por otra parte, nos parece pertinente señalar que cuando el entrevistado pretendió hablar sobre los derechos laborales de la población trans fue interrumpido abruptamente y no pudo explayarse sobre los planes de trabajo dirigidos a una población que históricamente tiene dificultades para ejercer su derecho al trabajo.

– También nos resulta significativo el desconocimiento de la Ley de Identidad de Género Ley N° 26743 que muestra la Lic. Lidia Bequer  cuando plantea la identidad trans como “disforia de sexo”.  Nuestro país ha reconocido expresamente la inexistencia de esta supuesta patología que remitía a un paradigma patologizante que consideraba a la identidad trans como una enfermedad y no como parte del derecho a la identidad.

En conclusión, este Observatorio manifiesta su preocupación ante la falta de información y la espectacularización de la diversidad sexual que ha quedado en evidencia en el programa “Más Viviana”. Los medios de comunicación pueden tanto ayudar a fortalecer los estereotipos discriminatorios, como aportar constructivamente para la legitimación de la diversidad sexual.

Aunque a  veces se reproduzcan estereotipos sin intención,  entre las funciones de este espacio está el  señalarlo, para evitar en lo sucesivo la reproducción de discursos discriminatorios y para ir produciendo las transformaciones culturales que deben acompañar los avances en el reconocimiento de derechos que se viene logrando.