El Observatorio de la discriminación en Radio y TV advierte sobre el uso reiterado que diversos medios de comunicación audiovisual realizan del término  “TRAPITO” como sinónimo de “cuida-coche” para referir a Lucas Cabello, el  joven baleado por un efectivo de la policía Metropolitana el lunes último, en el barrio de La Boca.

Este tipo de construcciones como “El trapito baleado(…)”, “Un trapito grave tras ser baleado(…)”  refuerzan prejuicios y estereotipos que, generalmente, recaen  sobre jóvenes varones al asociar de modo directo un trabajo precario o un rango etario al delito.  Estas vinculaciones, que despersonifican a un sujeto pleno de derecho en privilegio de una o alguna de sus características -sean reales o imaginarias-, reproduce la imagen racializante y discriminatoria del pobre- marginal-peligroso.  En este tipo de operación metonímica los medios culpabilizan a la persona excluida del sistema laboral formal y/o a trabajadores precarizados, responsabilizándolos de ser una amenaza al “orden público”.  Asimismo,  instalan estas construcciones como imaginarios legítimos, y es en este punto donde es necesario remarcar la carga valorativa y discriminatoria de este tipo de ideas que contribuyen a la criminalización de de los sectores socio-económicos más vulnerables.

Por todo lo dicho, este observatorio considera absolutamente violatorio de los derechos humanos el uso de términos (nombres, motes, adjetivos), imágenes o situaciones discriminatorias, ya sea como sinónimo, broma, burla, insulto, menosprecio o condescendencia respecto de un determinado colectivo social.

RECOMENDACIONES

  • Evitar el uso de términos discriminatorios como “trapito”, “motochorros” o “pibe chorro”.
  • Evitar tramas o narraciones que coloquen a los colectivos como causa de problemas sociales (desempleo, delito, violencia, etc.) o responsables de situaciones de peligro para la “moral” o la “seguridad personal”, de “ciudadanos”.
  • Evitar el uso, en noticias, relatos o imágenes, de símbolos o elementos propios de los colectivos (vestimenta, costumbres, rituales, formas de entretenimiento, de agrupación, de organización, etc.) en escenas que los muestran como “extraños”, “problemáticos” o “peligrosos”, aunque no se haga referencia directa o explícita a un determinado colectivo, constituye una estereotipación que redunda en la reproducción de figuras como “pánico moral” hacia ciertos sectores, reforzando formas de prejuicio.
  • Evitar los enunciados no explícitamente discriminatorios, que desde un aparente “punto medio liberal o moderado”, no abordan la complejidad de los procesos confluyentes en la producción de acontecimientos.
  • Evitar la decontextualización, la deshistorización y la no consideración de las condiciones de los debates públicos y de todos los sujetos sociales involucrados en pie de igualdad.